miércoles, 22 de mayo de 2013

"El mal radical es lo que no hubiera debido producirse, es decir, aquello con lo que uno no puede reconciliarse, aquello que bajo ninguna circunstancia se puede aceptar como un destino, y aquello frente a lo que tampoco podemos callarnos o pasar de largo."
Hanna Arendt Diario filosófico 1950-1973.

4 comentarios:

  1. En el capitulo 3 de Los orígenes del totalitarismo de Hanna Arendt, se sigue planteando la cuestión de la asimilación de los judíos a partir del concepto de igualdad social, política y económica.
    Los judíos asimilados se plantean la paradoja de "ser judíos" y "no ser judíos".
    Disraeli es el primer ejemplo del judío asimilado.
    En el siglo XIX tal y como lo presenta Proust, los judíos son aceptados en los salones del boulevard Saint Germain porque son vistos como exóticos, extraños, al igual que los homosexuales. Los unos y los otros presentaban la alteridad.
    Judios e invertidos, superiores o inferiores, pero diferentes.
    Con el affaire Dreyfus, aparece el antisemitismo como motivo político y social.

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  2. Este es un artículo de Mª Cruz Estada sobre el silencio español.

    EL SILENCIO 'EJPAÑOL'


    Es un hecho: en España la gente no se habla salvo para gritarse, lanzarse epítetos o meterse puyas. No lo hacen porque hablar significa, sobre todo, ser capaz de escuchar* al otro cuando habla, poder intercambiar y, para intercambiar, es necesario previamente que haya dos posiciones diferentes y que cada cual respete la otra posición.
    Cosa imposible durante los duros años de la dictadura, en que había que callar las propias ideas a riesgo de ser denunciado, censurado o represaliado, ya que sólo era posible pensar como pensaba el Régimen que machacaba vivo al que se desmandaba. Era la manera de que hubiera una sola voz.
    Cuarenta años que han dejado marcas. En el país en el que, antes de la guerra, los parlamentarios no hablaban jamás con un papel delante, ahora pocos se atreven a arriesgar una palabra que sea propia, distinta, con estilo y, sobre todo, de la que sean autores, y no que se la hayan escrito sus asesores.
    En las comidas, cuando la familia se reúne, se pone la tele. "Es un modo de no pelearnos", dicen algunos. En otras familias hay consenso para no hablar de política: "Es que discutimos". Pues claro, se discute, se intercambia... No; aquí el conflicto** aún da miedo, como mucho miedo se tiene también a las pasiones desatadas en la familia, como en la idea de que "empezamos discutiendo por si el arroz está pasado o duro, y terminamos en una guerra civil". El miedo a la guerra, siempre el miedo a la guerra si se habla.
    Así que nos queda el fútbol, magnífica cortina de humo para silenciar lo importante.
    Pues en este contexto desgraciado y silente, nuestro Presidente del Gobierno ha tomado la costumbre de enfrentarse a los periodistas ante una pantalla de TV. No los quiere con él, no quiere sus preguntas, el conflicto que ellas harán surgir, no quiere que le encuentren las vueltas a su discurso y que algo haga que su imagen, que él quiere impecable, peque de incongruente, de falsa.
    Esto es la peor caspa en varias generaciones de políticos, y mira que los hemos tenido casposos, empezando por el ínclito hacedor de todo esto.
    Ustedes quieren pasar por la vida política sin pagar sus deudas. Son como el padre que regañara a su hijo y luego se escondiera para no ver la cara de odio de éste. Son como aquella Presidenta de la Comunidad de Madrid que quería prohibir la acampada en Sol cuando el 15-M "porque los comerciantes no podían vender en paz". Caspa, pura caspa y pura mentira.
    Apenque con lo que está promoviendo, Sr. Rajoy, pague la deuda que tiene por el hecho de haber decidido estar en esa posición de Presidente del Gobierno. Parte de esa deuda es enfrentarse al descontento, a las preguntas molestas de los periodistas.
    Usted —que algún cuento infantil que otro debió leer en su infancia—, cree todavía que el séptimo cabritillo, aquel a quien no se comió el lobo por haberse escondido en el reloj, salió indemne de todo aquello. Pero no salió ileso; salió con la culpa del superviviente que lo trajo a mal traer toda su vida. Un poquito más de vergüenza torera, y un poco menos de cobardía, por favor.

    * Ver en esta misma bitácora nuestra entrada "la escucha".
    ** Ver en esta misma bitácora nuestra entrada "el conflicto".

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  3. Recordando Hiroshima.
    Sesenta y ocho años después, muchas personas de esta ciudad, y de la ciudad de Nagasaki continúan sufriendo por los efectos que dejó la explosión de la bomba en sí, y de la radiación que no sólo permaneció en el sitio de la explosión, sino que se dispersó en los alrededores en forma de una lluvia negra altamente radioactiva, la cual contaminó el suelo, las cosechas y el agua de los pozos utilizados por los habitantes.

    Muchas personas de pueblos cercanos a Hiroshima experimentaron en años posteriores un aumento exponencial en la incidencia de casos de cancer y otras enfermedades, e incluso hoy en día continúan padeciendo los efectos que dejó esta terrible bomba.

    Este domo es una de las pocas estructuras que quedó en pie después de la explosión, y es el "Lugar de memoria" que nos impide olvidar las atrocidades cometidas por seres humanos en nombre ¿de qué?


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  4. Volveremos pronto con el blog después de esta larga ausencia.

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